ALIMENTACION Y CALIDAD DE VIDA

Los alimentos no son buenos o malos en sí mismos. La cuestión es aprender cuál es el lugar que ocupa cada uno de ellos dentro de una alimentación completa y saludable. El rol de la información nutricional y la tarea que se ha fijado al respecto la Secretaría de Agricultura, Pesca y Alimentación. Nunca como hasta ahora la ciencia había establecido con tanta precisión la importancia que tiene la buena nutrición para el bienestar integral de los individuos. También está claro que los hábitos alimentarios, así como las condiciones en que se trabaja y se convive, influyen fuertemente sobre la salud y la enfermedad. Estas certezas se han alcanzado en una época en que la oferta de los alimentos de todo tipo es creciente, y donde las nuevas técnicas de procesamiento e industrialización aseguran cada vez mayor diversificación alimentaria. La suma de estos factores otorga un papel esencial a la capacidad de cada persona para tomar decisiones de consumo, y participar así activamente en el cuidado de su propia salud. Por lo demás, hoy los hábitos alimentarios se han modificado sensiblemente en relación a décadas anteriores. El consumo de frituras, grasas y carnes rojas se ha reducido, en tanto que aumentó el de pollo, frutas y hortalizas. Se come más saludablemente, aunque no lo suficiente. Existe mayor variedad de alimentos y una gran cantidad de productos dietéticos, y se ha simplificado la tarea en la cocina. Pero también hay mayor confusión; por ejemplo, se venden alimentos cada vez más ricos y tentadores, que no necesariamente tienen óptimo valor nutricional. Tal vez mientras se logra disminuir el nivel de grasas se aumenta la cantidad de sal. O las personas comen porciones dobles de productos diet, con lo que ingieren más calorías que con una porción del producto tradicional. POBLACION, SALUD Y NUTRICION En Argentina se dispone de cifras claras acerca de la salud y la población. La expectativa de vida aumentó a 72 años, pero lo hizo en forma despareja: para algunos sectores es de 76 años y para otros, de 54. Es decir que muchas personas viven más y mejor que hace 30 años, pero esto aún no se ha extendido a todos los habitantes. Por otra parte, nuestro país ocupa el cuarto lugar en número de infartos en América; han aumentado los accidentes cerebrovasculares; el exceso de sodio continúa generando hipertensión, y el alcohol está más presente entre los jóvenes a través de la cerveza. En la nómina de dolencias asociadas a una inadecuada nutrición también se destaca el hecho de que más del 35% de las embarazadas presenta cuadros de anemia; el exceso de colesterol afecta al 44% de los argentinos de 40 a 60 años; el 40% de la población es obesa, y el 7% padece de diabetes. Muchos adolescentes padecen de bulimia y anorexia nerviosa, y un creciente número de personas mayores sufre de osteoporosis. En lo atinente al cáncer, han aumentado su frecuencia varios tipos vinculados a la alimentación, entre ellos el de colon y el de mama, asociados ambos a un consumo alto de grasas saturadas y alcohol y, a la vez, a una baja ingesta de antioxidantes y fibras. PARA SABER ELEGIR Resulta clarísima, entonces, la necesidad de informar ampliamente y con precisión para que cada uno pueda tomar las decisiones más adecuadas para su salud y su calidad de vida. Porque los alimentos no son buenos o malos en sí mismos. La cuestión es aprender cuál es el lugar que cada uno de ellos ocupa dentro de una alimentación completa y balanceada que contemple la prevención de enfermedades, el descenso de peso si es necesario, y el mejoramiento general de la calidad de vida. Frente a este panorama, la Subsecretaría de Alimentación estructuró un accionar específico en procura de tres objetivos:

Promover el interés por una buena alimentación asociada a una mejor calidad de vida. Difundir conocimientos sobre las propiedades nutritivas de los alimentos, las posibilidades de sustitución , etc. Promover el consumo de productos regionales que pueden sustituir a otros de mayor costo e igual valor nutricional. Las actividades organizadas para el logro de estas metas incluyen varios componentes. En los aspectos técnicos, la determinación de la canasta nutricional básica y de las tablas alimentarias; tablas de composición, bases de datos, etc. En lo relativo a capacitación, la confección de manuales de alimentación y nutrición, y la capacitación de docentes primarios y secundarios; la confección de manuales de higiene alimentaria, y la capacitación del personal que se desempeñe en comedores. La difusión comprende la elaboración de materiales específicos y la realización de campañas a través de los medios masivos de comunicación, así como acciones para la promoción de productos regionales. Vista desde una perspectiva nutricional, la situación de la Argentina es mejor que la de épocas anteriores, pero podría ser muy superior. Hoy es más necesario que las personas seleccionen en forma adecuada los alimentos que consumen, participando así activamente en el cuidado de su propia salud. Para esto no hace falta que cada habitante se convierta en profesional de la nutrición, sino que maneje con naturalidad algunos conceptos básicos y disponga de una información que tanto la actividad privada como el sector público tienen que poner a su alcance. En tal entendimiento, una de las decisiones institucionales de la Secretaría de Agricultura, Pesca y Alimentación ha sido la realización de un convenio con el Instituto Argentino de Nutrición (IAN), con el que se han coordinado diversas acciones de difusión, entre ellas la elaboración de la Guía para la Alimentación de los Argentinos, destinada a convertirse, a través de sucesivas actualizaciones, en la fuente de información más importante del país en lo atinente a temas nutricionales.

CON PROYECCION DE FUTURO Por primera vez en su historia, la Argentina cuenta con una Guía que define con claridad no sólo lo que es una alimentación adecuada sino de qué manera lograrla en función de los productos que ofrece su mercado. Suman decenas los países que, aún sin ser grandes productores de alimentos, cuentan con una Guía Alimentaria de este tipo, dirigida esencialmente a instruir a la población. Resultaba por lo menos llamativo que nuestro país no contara con una publicación de esa índole, ausencia que ha sido cubierta con el volumen que fue presentado a fines del mes de noviembre, y que es resultado del esfuerzo conjunto de técnicos y especialistas de la Secretaría de Agricultura, Pesca y Alimentación, y de la Fundación Instituto Argentino de Nutrición (IAN). El enorme esfuerzo de aplicación de tecnología desarrollado para que la semilla o el embrión lleguen a la mesa del consumidor convertidos en alimentos, puede ser desvirtuado o desaprovechado por un manipuleo equívoco o una cocción indebida. La Guía instruye sobre la forma más adecuada de lograr que esos productos sean seguros para la salud y mantengan sus condiciones nutritivas y su sabor agradable, por lo que incluye descripciones generales, recomendaciones específicas y consejos puntuales sobre los alimentos, sus cualidades nutricionales y la mejor manera de aprovecharlas. Por otra parte, cuanto más se conocen las propiedades de los alimentos y el modo de prepararlos, mayores son los beneficios que arroja su consumo, tanto en lo atinente al bienestar y la salud, como en lo vinculado a la economía familiar. Y está comprobado que ese mayor conocimiento deriva en la formación de un círculo virtuoso donde el consumidor no sólo aprovecha mejor el producto que adquiere sino que aprende a identificarlo adecuadamente y empieza a vigilar el cumplimiento de las condiciones higiénicas, de frescura y de conservación que debe reunir todo alimento, ejerciendo de hecho el poder de controlar y exigir. Escrita en lenguaje accesible y diseñada de modo de tornar ágil y amena su lectura, esta primera Guía Para la Alimentación de los Argentinos aspira a convertirse en un material de consulta para técnicos y docentes, e incluso para todo aquél que tenga responsabilidades en la producción, manipulación y preparación de productos alimenticios y comidas, puesto que resume los últimos conocimientos de nutricionistas y otros especialistas de la salud. Constituye, en tal sentido, un aporte muy concreto a la educación para la salud, y como será objeto de actualizaciones y ediciones periódicas, con el tiempo quedará incorporada al arsenal de conocimientos que maneja usualmente la población para conducirse en la vida cotidiana. Se trata de un aporte con vasta proyección de futuro. FUENTE: MINISTERIO DE ALIMENTACION ARGENTINA